José Bianco recorrió las “cuevas del inframundo” del imperio Maya
Un equipo de TN liderado por José Bianco viajó a Chichen Itzá para ser testigo del descenso de la “serpiente emplumada”, un fenómeno que se produce durante el equinoccio de otoño. Tras presenciar uno de los acontecimientos más importantes del año, el meteorólogo de Fenómenos también recorrió uno de los accidentes geográficos más particulares de México: el cenote.
“Las cuevas del inframundo”, como muchas veces se conocen a estas cavernas típicas de la península de Yucatán, permiten estudiar el proceso evolutivo del clima, entre otros elementos históricos. La roca caliza, pilar dentro de su morfología, las divide por el tipo de erosión que hacen en ellas.
El espeleólogo -especialista en el estudio de cuevas- Jerónimo Avilés le explicó a Fenómenos cómo trabajan a casi 10 metros por debajo del suelo. “Son tres los mecanismos que se aplican acá; de disolución, construcción y colapso. Estas cuevas son del primer grupo. Es el agua la responsable de todo y la que disuelve a la roca caliza”, comentó.
Esa erosión diaria, semanal, anual, centeneria y milenaria es la que permitió la presencia de dos de sus más impactantes atractivos: las cientos de estalagmitas y estalactitas que hay.
“Son un gran testigo del tiempo”, comentó Avilés sobre la formación que se crea a partir del depósito de los minerales que se filtran y decantan por la filtración del agua. Las estalactitas van desde arriba hacia abajo. En cambio, las estalagmitas están al revés, desde el suelo hacia arriba.
Su estudio no solo precisa datos sobre el tiempo y la estructura del lugar donde se ubican. También pueden ser determinantes para la ubicación temporal de otros descubrimientos. “Gracias a la estalactica pudimos descubrir un fósil humano de más de 13 mil años, por ejemplo”, relató el especialista.